Uno de los grandes placeres de los colimenses es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos tipicos adornan sus mesas, preparados principalmente a
base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos. Diversas variedades
de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo, moyos o
cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan
los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad
el ceviche colimense y el pescado a la talla. También, los dulces postres de
frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados
y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor. Para refrescarse
basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimense que no duda en
trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará
cualquier calor, la tuba. El pozole (maíz cocido) con carne cerdo es la
merienda tradicional, con la característica de ser seco y jugoso.
Durante la temporada de lluvias es posible disfrutar los chacales, o langostinos de río, preparados en caldo. En Colima la magia y la imaginación se han transformado en una rica y variada artesanía, que conjuga el uso cotidiano con el talento artístico. Los artesanos han empleado diversos materiales en la elaboración de sus artesanías, como madera, metal, cerámica y alfarería; fibras vegetales, textiles, talabarteria, enconchados; todo ello trabajado en sus diferentes técnicas. La mejor artesanía del estado es la fabricación de bellísimos muebles de cedro rojo, con reminiscencias españolas y decorados al óleo. Se hacen sillones con asientos de vaqueta y se tallan máscaras ceremoniales muy originales, adornadas con largas cabelleras y barbas. Otra área donde se destaca la artesanía es en la ropa textil, dentro de la que encontramos confecciones de tela comercial: vestidos, blusas bordadas, así como el traje regional de manta blanca con la imagen de la Virgen de Guadalupe, bordada en color café en el huipil
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